martes, 6 de marzo de 2012

Federico Fellini - Amarcord

  La italia fascista de los años 30

“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”

postulado marxista

 

Amarcord

Amarcord es una película franco-italiana de 1973, escrita y dirigida por Federico Fellini, con un guion de Tonino Guerra y música de Nino Rota.

Sinopsis

Cuenta la historia de algunos personajes que viven en la ficticia ciudad de Borgo, basada en la ciudad de Rímini, ciudad natal de Federico Fellini, durante el período de la Italia fascista en la década de 1930.
Con la apariencia inicial de la típica película costumbrista italiana, adquiere pronto una dimensión de ironía, farsa y esperpento.
El título del filme (a m'arcòrd) quiere decir literalmente "yo me acuerdo" (o "me acuerdo de", "recuerdo") en el dialecto propio de Emilia-Romaña, la región italiana donde está situada Rímini.

  Comentario

La adolescencia en un pueblo italiano es el pretexto para mostrar mordazmente la sociedad pueblerina de una Italia fascista de los años treinta. Como es característico en el cine felliniano se critica al régimen, a la iglesia, a la educación, a los pedantes, a los presumidos, pero siempre con el tono de lo que se ha llamado la "comedia a la italiana", género, de los años 50 y 60 (aunque esta película sea de 1973). Se ven también las obsesiones de Fellini: la poesía, la música, el sexo. Los diálogos están llenos de ironía, juegos de palabras, alusiones diversas.
La fotografía en color de Giuseppe Rotunno es muy cuidada y sigue los toques oníricos que tanto le gustaban al director. Reseñable la música de Nino Rota. Los actores, con Pupella Maggio en el papel de Miranda y Armando Brancia en el de Aurelio, muy destacables. Son, como todos los personajes de Fellini, caricaturas vivas. No se pueden olvidar los personajes de "La Gradisca", coqueta de pueblo que sueña con casarse con un príncipe, o "La Volpina", prostituta ninfómana, o todos y cada uno de los profesores con sus manías y paranoias. El grupo de jóvenes protagonista es retratado con cariño y comprensión.

  Escenas memorables

  • La "nevada" en la ciudad costera.
  • La aparición nocturna del transatlántico "Rex".
  • La visita familiar a la casa de campo con el pariente que había salido para la ocasión del manicomio y que acaba con él (magistralmente interpretado por Ciccio Ingrassia, pareja cómica de Franco Franchi) subido a un árbol y gritando desesperadamente "Voglio una donna!" ("¡Quiero una mujer!").
  • El abuelo que, perdido en la niebla a lado de su casa, cree haber muerto ("¿Es así la muerte?").
  • La escena iniciática con la estanquera.
  • La "Internacional" sonando desde el campanario.
  • La conmovedora despedida final con la fiesta de boda en la playa y la música del acordeonista ciego.

 Premios

  Oscar

Año Categoría Candidato Resultado
1975 Oscar a la mejor película extranjera Italia Ganadora
1975 Oscar al mejor director Federico Fellini Candidato
1975 Oscar al mejor guion original Fellini/Tonino Guerra Candidato

  Curiosidades

  • En la película hay una fugaz aparición de Francesco Di Giacomo, cantante del grupo Banco del Mutuo Soccorso.
  • Ciccio Ingrassia, además del papel que le corresponde, aparece también brevemente en el papel de carabinero en la secuencia del Sábado Fascista.
  • Uno de los niños que se tiran bolas de nieve es Eros Ramazzotti de pequeño.
  • El personaje de la Gradisca iba a ser interpretado por Edwige Fenech, pero Fellini consideró que tenía poca carne para hacer el personaje, y se le adjudicó a Magali Noël.

  Enlaces externos


 

“Voglio una donna!”

 Entre “¡Quiero una mujer!” y “¡Quiero a una mujer!” 

hay una gran diferencia. 

 

Voglio una donna.m4v

  Subido por el 13/02/2011  Genial escena de la pelicula "Amarcord (Mis recuerdos)" (1973) de Federico Fellini.

 

Edición impresa |  CINE

Il Divo

Director: Paolo Sorrentino

Intérpretes: Toni Servillo, Anna Boniautu, Paolo Graziosi, Giulio Graziosi. Guión: Paolo Sorrentini. Italia, 2008

Luis MARTÍNEZ | Publicado el 11/12/2008
Voglio un donna!”. Ni Novecento ni El árbol de los zuecos ni El caiman. El verdadero cine político italiano se resume en una frase, un gesto, un grito. Amarcord. Federico Fellini. Un hombre sobre un árbol: “¡Quiero una mujer!”. ¿Hay algo más revolucionario? Paolo Sorrentino respondería que no, no lo hay, y fiel al postulado marxista -“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”- dedica Il divo a la personalidad más magnética, perturbadora, rancia e imprescindible que ha dado la historia reciente de Italia: Giulio Andreotti. Trágico y cómico. No se trata de un biopic al uso; ni de un manifiesto “antitodo” a lo Moretti. No, es algo más. Estamos delante de un drama que toma prestado de Bertold Brecht el trazo rudo y profundo de un bisturí que trabaja como un arado. La idea es penetrar hasta lo más profundo de un sistema radical y públicamente tumefacto. Sorrentino, que ya había demostrado buena mano con la mecánica del thriller en Le conseguenze dell'amore, descompone en una acelerada secuencia de planos, voces y gestos la figura del personaje que ha encarnado, para mal y para muy mal, la imagen entera de Italia. El espectador asiste atónito a una barahúnda de datos, sumarios judiciales, textos, pretextos, contextos... La tentación de apresar cada detalle sume por fuerza en una confusión cerca del dolor de cabeza. La pesadilla es esto. Detrás del caos, habita la bestia. La estrategia es ambiciosa: retratar en un cuerpo encorvado a un país entero. El inmenso actor Toni Servillo desestructura al personaje Andreotti hasta transformarlo en símbolo. El presupuesto es investigar en los límites de una interpretación algo más que inmensa hasta convertirla en metáfora de una sociedad en crisis permanente. Este año, hemos asistido a un espectáculo cerca del prodigio. Dos películas italianas se complementan para fotografiar una situación crítica. Desde abajo, desde las entrañas de la vergöenza, Gomorra, de Matteo Garrone; desde arriba, desde la altura, Il divo. Dos obras mayores con el aspecto simple, brutal y desgarrador de un grito. '¡Voglio una donna!'. Por supuesto, en el país de Fellini no conviene perder el sentido, el sentido del humor.

Federico Fellini - Amarcord

Subido por el 16/02/2007. I sasi di Teo tornano utili

Mejores comentarios

this scene is the story of my life...I need a (wo)man!!!

 "Y como no, la del tío loco que en plena excursión con la familia se sube a un árbol para pedir a gritos una necesidad vital: “Voglio una donna!”. Sólo una monja fue capaz de hacerle bajar. Sólo Fellini sería capaz de imaginar una escena como esa." 

... y la capacidad de rememorarla e introducirla en un contexto ......

 

 

Ciccio Ingrassia - Voglio una donna! 

 

 


 

Ilustración de Germano Ovani 

Subir a los árboles. Extraño eso. El mundo se veía distinto desde allí arriba. Una mezcla de vértigo y transgresión. Una voz interior que se desoye, un límite que se rompe. Y el viento en la cara. Cuanto más arriba, mayor fragilidad de las ramas, equilibrio, moras maduras, brevas enormes. Al bajar, la chatura del mundo se hacía insoportable.

 

 

 

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