jueves, 23 de febrero de 2012

Siglo VI aC



Siglo VI aC


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Karl Jaspers (Wikipedia)

Karl Theodor Jaspers (Oldenburg, 23 de febrero de 1883Basilea, 26 de febrero de 1969), psiquiatra alemán y filósofo, tuvo una fuerte influencia en la teología, en la psiquiatría y en la filosofía modernas.
No disfrutaba del estudio de leyes y en 1902 decide estudiar medicina.
Jaspers se graduó de la escuela de medicina en 1909, y comenzó a trabajar en el hospital psiquiátrico de Heidelberg donde Emil Kraepelin había trabajado años antes. Jaspers se mostró insatisfecho con la forma en que la comunidad médica de la época abordaba el tema del estudio de las enfermedades mentales, y se propuso la meta de mejorar este aspecto. En 1913 Jaspers ocupó un puesto temporal como profesor de psicología en la facultad de filosofía en la Universidad de Heidelberg. El puesto luego se hizo permanente, y Jaspers nunca regresó a la práctica clínica.
En 1921 fue nombrado profesor en la cátedra de filosofía de la Universidad de Heidelberg.

 Era Axial (Wikipedia)

El filósofo alemán Karl Jaspers definió la Era Axial (el periodo que transcurre entre el 800 a. C. y el 200 a. C.) como la línea divisoria más profunda de la historia del hombre, durante la cual apareció la misma línea de pensamiento en tres regiones del mundo: China, India y el Occidente. Desde la Era Axial, las diferentes regiones de la Tierra nunca más tuvieron el mismo paralelismo. Según Jaspers, el Humano, como lo conocemos hoy, nació entonces. Él no pudo vislumbrar ninguna conexión para este suceso, y ningún dato prueba una interconexión entre los Pueblos mediterraneos, India y China en este periodo.

En China, Confucionismo, Taoísmo, las escuelas de Mo-tzu, Zhuangzi, Lie Zi, entre otros. En la India, Brahmanismo, Budismo. En Occidente, el Zoroastrismo, los profetas del Judaísmo como Elías, Isaías, Jeremías y, en Grecia, el sofismo, la filosofía de Parménides, Heráclito, Platón, Tucídides y Arquímedes. Todas estas corrientes surgieron de manera casi simultánea durante este periodo -con todo lo que supusieron para el futuro del hombre-, sin que ninguna tuviera contacto con las otras. 

En su obra "Origen y meta de la historia", Karl Jasper propone la tesis que el siglo VI a.C. constituye un "tiempo axial" para el hombre contemporáneo. Es decir, un momento en el que la cultura adquiere ciertas características que continúan presentes. Ese "tiempo axial" representaría el clímax de un proceso de crecimiento espiritual ocurrido entre los años 800 y 200 a.C., etapa en la que se habría plasmado "el hombre con el que vivimos hasta hoy". Nos recuerda Jasper que durante ese siglo en la China viven Confucio y Lao-tsé. En la India predica Buda. En la antigua Persia, Zarathustra enseña su doctrina sobre el bien y el mal. El pueblo hebreo escucha profetizar al Deutero-Isaías. En la Magna Grecia, Pitágoras funda su escuela y cultiva un severo ascetismo.
Es importante señalar, sin embargo, que esos líderes no surgieron en sociedades totalmente primitivas e indiferentes. En el siglo VI a.C. tanto en China como en la India se iniciaron diversas corrientes filosóficas. Lo mismo puede decirse de Grecia donde, en un período de tiempo relativamente corto, (siglos VI-V a.C) encontramos a Homero, Tucídides, los trágicos y todos los grandes filósofos.
Para Jasper, el tiempo axial es un acontecimiento misterioso en cuanto a sus causas. Intentando encontrar una respuesta "empírica", describe esa época diciendo que, por primera vez, el hombre adquiere conciencia de la totalidad del ser, de sí mismo y de sus límites; siente la "terribilidad" del mundo y, desde el abismo de su propia impotencia aspira a la liberación y a la salvación. Ese fenómeno reflejaría "una conciencia que se ha hecho consciente de sí misma", "un pensamiento que se vuelve hacia el pensamiento y lo hace su objeto". La adquisición de esa nueva conciencia de realidad existencial hace que las concepciones, costumbres y situaciones queden sometidas a examen y prueba. Comienza así el ocaso de la edad mítica. La religión, centrada en dioses dominados por las mismas pasiones de los hombres, se impregna de ética y la idea, ya presente entre los hebreos, de un Dios único poseedor de todas las perfecciones, comienza a cobrar fuerza, por lo menos entre los hombres cultos. En ese despertar de una nueva espiritualidad, el hombre anhela la comunión con la divinidad como camino de perfección y trascendencia.
A partir del "tiempo axial", entonces, la vida humana habría adquirido un nuevo sentido y, junto con ello, se habría iniciado el cultivo de nuevos valores. Eso implica el desarrollo de una visión distinta del hombre con respecto a sus orígenes, su mismidad y sus proyectos de vida. Un cambio de esa naturaleza habría influido, además, en las relaciones humanas y, por lo tanto, en la sociedad y sus organizaciones políticas.El hombre como un pequeño mundo
Para la civilización occidental, ninguno de los acontecimientos que ocurrieron a partir del siglo VI a.C. influyó tan decisivamente como el proceso de cambio cultural que experimentó Grecia y el helenismo. Según Tovar, "unos pocos humanos descubrieron el pensamiento y se preguntaron de un modo racional por el mundo circunstante". Ese "descubrimiento", que tiene raíces fenicias, egipcias y babilonias, tuvo sus primeras manifestaciones en la ciudad de Mileto, próspera colonia jónica. Allí, un mercader llamado Tales, aficionado a los viajes, los números y la geometría, plantea por primera vez la idea de que el mundo está formado por una sustancia primordial, componente de todo lo vivo e inerte, y supone que esa sustancia es el agua. Comienzan, de esa manera, las especulaciones cosmogónicas y el interés por la naturaleza, de las que surgirían la filosofía y las ciencias. En un mundo (kósmos) en el que la razón discierne un orden coherente, el hombre es percibido como una parte consubstancial del todo. Demócrito lo define como "un pequeño mundo" (mikròs kósmos) diferente de otros mamíferos sólo en su capacidad de pensar, hablar, sufrir y de modificar el entorno para su propio beneficio.

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El Tiempo eje en la Era Axial, por Sirma Castellano y Jesús Sordo

Subido por el 04/10/2010
Documental sobre los sabios del Tiempo Eje: Buda, Lao zi, Mo zi, Confucio, Tales de Mileto, Mahavira, Heráclito, Zaratustra (Zoroastro), Parménides, Sócrates, Platón y Pitágoras.
En el seno de estas sociedades violentas, en los siglos VI y V a.c. aparece la impronta de unos hombres cuyas sabidurías aun obtienen eco en nuestra época. A ese momento se le ha llamado Tiempo Eje en la Era Axial.

Más información en: http://www.homohominisacrares.net/sec/historia/eraaxial/eraaxial.htm

Lao Tse Confucio Buda Zoroastro - Tiempo eje 

Subido por el 30/06/2010
Lao Tse Confucio Buda Mahavira Zoroastro Jeremias Ezequiel. En el siglo VI a.C se produjeron cambios sincronicos en la espiritualidad de los pueblos orientales, como destacó Karl Jaspers con su idea de "Tiempo axial" o "Tiempo eje"

The Axial Age of World Religions Pt. 1 of 2


 The Axial Age of World Religions Pt. 2 of 2 

 
Subido por el 24/05/2010
By Chris Gagnon through Professor Rev. Dr. James Kenneth Powell II, opensourcebuddhism. Gagnon does a fantastic job presenting Karl Jaspers earthshaking realization that the great religions emerge simultaneously in China, India and Greece with Confucius, Buddha and Socrates. These three spelt out specifically a view of the universe that was all-encompassing. Universal ethic, universal consciousness, universal spirit respectively, have parallel developments in Daoism, Hinduism and Judaism, but Jaspers pinpoints the individuals above whose realizations would transcend tribal boundaries and point to the evolution of the human consciousness to the level of great empires, united by universalizing ideologies. Very nice narration, visuals are well-chosen and I especially LOVED the video of Jaspers! Never saw him before live!

 

 




Confucius presenta al joven Gautama Buddha a Lao Tsé (Laozi).  Qing Dynasty.
 Al llegar el budismo a China, el contacto entre el budismo y el taoísmo produjo entre otros efectos la escuela religiosa y filosófica budista Chán (sinización de la palabra sánscrita dhyana, que significa: meditación) y, esta, al pasar a Japón originó el zen.
El taoísmo influyó en numerosas áreas del conocimiento como la medicina y ciertas escuelas de meditación, e incluso las artes marciales. Existe un paralelismo en ciertas concepciones del taoísmo con el Tantra, en especial la visión del mundo como un ecosistema, y la consideración de una vía de iluminación dentro del acto sexual.
Posteriormente, el taoísmo se mezcló con elementos del confucianismo, el budismo y la religión folclórica. La forma concreta de religión taoísta que fue llevada a Taiwán hace unos 300 años es típica de esta tradición. La característica más distintiva de la práctica actual es la adoración de los antepasados, junto con las deidades taoístas, lo que muestra el claro elemento tradicionalista del confucianismo y el culto religioso de las creencias míticas de Asia, las cuales ambas no eran válidas para los antiguos pensadores taoístas como Chuang Tsé.
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Murray Rothbard (Wikipedia)

Murray Newton Rothbard (2 de marzo de 1926 - 7 de enero de 1995) fue un economista, historiador y teórico político estadounidense perteneciente a la Escuela Austríaca de Economía, que contribuyó a definir el moderno liberalismo de corte libertario (conocido también como libertarismo) y popularizó una forma de anarquismo de propiedad privada y libre mercado al que denominó "anarcocapitalismo". A partir de la tesis austríaca sobre la acción humana favorable al capitalismo y en rechazo a la planificación central o estatal, junto al iusnaturalismo jurídico respecto a la validez de los derechos individuales, y teniendo de precedente la idea de anarquía de los anarcoindividualistas del siglo XIX, Rothbard llega a sus propias conclusiones formulando la teoría política del anarcocapitalismo.
Sostenía que aquellos servicios útiles que presta el gobierno, que están monopolizados por este, podrían ser suministrados en forma mucho más eficiente y moral por la iniciativa privada. Según Rothbard las actuales funciones del Estado se dividen en dos: aquéllas que es preciso eliminar, y aquéllas que es preciso privatizar. Todos los filósofos están casi de acuerdo en considerar que el fundamento de la naturaleza humana es la libertad, afirma Rothbard, pero solo los libertarios -en especial los anarcocapitalistas- sacan de ello conclusiones coherentes. La libertad es el derecho natural, para todo individuo, de disponer de sí mismo y de lo que ha adquirido ya sea por medio de la transformación, intercambio o la donación. La libertad y el derecho a la propiedad son, pues, indisociables. Todo atentado a la propiedad es un atentado a la libertad. Según Rothbard las sociedades que separan la libertad y el derecho a la propiedad privan al hombre de las condiciones para ejercer realmente sus derechos.

Véase también

Enlaces externos

Un análisis sobre las escuelas de pensamiento chino, extraído de "Historia del pensamiento económico vol I (El pensamiento económico hasta Adam Smith)" de Murray N. Rothbard.
Las tres principales escuelas de pensamiento político chino, la legalista, la taoísta y la de los seguidores de Confucio, se desarrollaron en el periodo comprendido entre los siglos VI y IV antes de Cristo. En líneas generales, la legalista, la última de las tres grandes escuelas, simplemente buscaba maximizar el poder estatal, aconsejando a los gobernantes modos de aumentar su poder. Los taoístas fueron los primeros libertarios del mundo, y sostenían que la interferencia del estado en la economía o la sociedad debía minimizarse o anularse; los seguidores de Confucio, por su parte, mantenían una posición intermedia en tan espinoso asunto. La figura dominante fue la de Confucio (551-479 a.C.), cuyo verdadero nombre era Ch´iu Cheng-ni, un erudito de familia aristocrática venida a menos de la defenestrada dinastía Yin, que llego a ser Comisario General del estado de Sung. En la práctica, aunque mucho más legalista, el pensamiento de Confucio difería poco del de los legalistas, puesto que el confucionismo estaba en gran medida consagrado a instalar una burocracia educada en una mentalidad filosófica al frente del gobierno chino.
Con mucho, los más interesantes de entre los filósofos políticos chinos fueron los taoístas, movimiento fundado por Lao-Tsé, figura, aunque oscura, de inmensa importancia. Se sabe poco de su visa, pero parece haber sido contemporáneo y amigo personal de Confucio. Al igual que este procedía del estado de Sung y era descendiente de la baja aristocrática de la dinastía Yin. Ambos vivieron en un tiempo agitado, de guerras y estatismo, pero reaccionaron de modo bien diferente. Lao-Tzé llegó a la conclusión de que el individuo y su felicidad son la unidad fundamental de la sociedad. Si las instituciones sociales impidieran el desarrollo y felicidad individuales, entonces tales instituciones debían ser limitadas o incluso definitivamente eliminadas. Para el individualista Lao-Tsé, el gobierno, con sus “leyes y regulaciones más numerosas que los pelos de un buey, era un vicioso opresor del individuo, “más temible que el más fiero de los tigres”. En suma, el gobierno debería limitarse al mínimo más mínimo posible, constituyendo para Lao-Tsé “inacción” la palabra clave, pues sólo la inacción del gobierno permite florecer y ser feliz al individuo. Cualquier intervención gubernamental, declaraba, sería contraproducente y no generaría sino confusión y revueltas. Lao-Tsé, el primer economista político en discernir los efectos sistemáticos de la intervención del gobierno, después de remitir la experiencia común de la humanidad, llego a esta penetrante conclusión: “Cuantas más restricciones existan y más artificiales sean los tabúes que haya en el mundo, más se empobrecerán la gente… Cuanta más prominencia se dé a las leyes y regulaciones, más ladrones y bandidos habrá”.
Las peores intervenciones del gobierno, según Lao-Tsé , son la imposición fiscal excesiva y la guerra. “El pueblo pasa hambre porque sus superiores consumen en exceso sobre lo que recaudan” y, “donde se estacionan los ejércitos, sólo crecen después zarzas y espinos. Durísimos años de hambruna de seguro seguirán a una gran guerra”.
El curso de acción más sensato es mantener al gobierno simple e inactivo, ya que entonces el mundo “se estabilizará por si solo”.
En palabras de Lao-Tsé: “Por eso dice el hombre juicioso: no haré nada, y se cambiará la gente ella sola; me estaré quieto, y se enderezará por sí misma; permaneceré inactivo, y la gente se enriquecerá sin más….”.
Profundamente pesimista, sin esperanza de que fuera a producirse un levantamiento general que corrigiera la opresión del gobierno, Lao-Tsé aconsejaba seguir el ahora familiar sendero taoísta de la pasividad, la renuncia y la limitación de los propios deseos.
Dos siglos más tarde, su gran discípulo Chuang-Tsé (369-ca. 286 a.C.) prosiguió las ideas sobre laissez-faire de su maestro hasta su conclusión lógica: el anarquismo individualista. El influyente Chuang-Tsé, escritor de estilo elegante y frecuente recurso a parábolas alegóricas, fue el primer anarquista en la historia del pensamiento. Cultísimo, era nativo del estado de Meng (en la actualidad, posiblemente en la provincia de Hunán) y descendía de la vieja aristocracia. Siendo oficial de bajo rango, su fama se extendió por toda China, hasta el punto de que el rey Wei, del reino de Chú, le envió un emisario con ricos presentes y le urgió a convertirse en su principal ministro. Su desdeñosa respuesta a la oferta real es una de las grandes declaraciones de la historia sobre los peligros ocultos que encierra el boato del poder estatal y su contraste con las virtudes que reserva la vida privada:
“Mil onzas de oro son ciertamente una gran recompensa, y el cargo de primer ministro sin duda una elevada posición. Ahora bien, señor, ¿es que no ha visto al buey que se va a sacrificar a la espera de serlo en el templo real del estado? Se le cuida mucho y se le alimenta bien durante unos pocos años, y se le engalana con ricos brocados hasta que está listo para ser llevado al Gran Templo. Entonces, aunque con gusto se cambiaría por el más solitario de los cerdos, ¿acaso puede hacerlo? Así que… ¡fuera de aquí y rápido! No me insulte. Preferiría vagar y no hacer nada en un charco embarrado, pasármelo bien a mi gusto, antes que acabar sometido a las limitaciones que impondría el gobernante. Jamás aceptaría un cargo oficial, para así poder ser libre de proponerme mis propios fines”.
Chuang-Tsé reiteró y embelleció la devoción de Lao-Tsé por el laissez-faire y la oposición al gobierno estatal: “Tan sólo dejar sola a la humanidad, nunca el gobernarla [tuvo éxito]”. Chuang-Tsé fue también el primero en exponer la idea de “orden espontáneo”, descubierta de modo independiente por Proundhon en el s.XIX y desarrollada en el XX por FA. Von Hayek en la Escuela Austriaca. En palabras de Chuang-Tsé: “el buen orden resulta espontáneamente cuando se dejan las cosas a sí mismas”.
Ahora bien, si es cierto que la gente, en su “libertad natural”, puede conducir perfectamente su propia vida, las reglas del gobierno y sus edictos distorsionan la naturaleza en un artificial lecho procusteano. Como dice Chuang-Tsé: “La gente común tiene una naturaleza constante: hila y se viste, ara y se alimenta… en lo que cabría llamar su “libertad natural”. En su libertad natural, esta gente nació y murió a su suerte, sin sufrir restricciones ni limitaciones; nunca fue levantisca ni rebelde. Si a los gobernantes les diera por establecer leyes y ritos para gobernar a esta gente, no sería muy diferente de pretender alargar las cortas patas de los patos o recortar las largas zancas de una garza, o de poner ronzal a un caballo”. Tales reglas no sólo no servirían para nada bueno, sino que causarían muchísimo daño. En suma, concluye Chuang-Tsé, el mundo “simplemente no necesita de gobierno, y de hecho no debería ser gobernado”.
Chuang-Tsé probablemente fuera, además, el primer teorico en ver al estado como un bandolero: “un ladronzuelo del tres al cuarto acaba en prisión. Un gran bandido acaba de jefe del estado”. O sea, que la única diferencia entre un jefe de estado y un el jefecillo de una banda es el tamaño de su botín. El tema del gobernante conceptuado como un ladrón sería repetido, como hemos visto, por Cicerón, y más tarde por los pensadores cristianos de la Edad Media, aunque por supuesto estos llegaron a las mismas conclusiones por caminos diferentes.
El pensamiento taoísta floreció durante varios siglos, culminando con Pao Chin-yen, pensador decididamente anarquista que vivió a comienzos del siglo IV antes de Cristo y de cuya vida apenas se sabe nada. Pao, siguiendo a Chuang-Tsé, comparaba el idílico modo de vida de los tiempos antiguos, sin dirigentes ni gobernantes, con la miseria inflingida por éstos en su época. En los primitivos días, escribió, “no había dirigentes ni gobernantes, con la miseria inflingida por éstos en su época. En los primeros días, escribió, “no había dirigentes ni administradores. La gente cavaba pozos y bebía, araba campos y comía. Cuando el sol despuntaba iban a trabajar y, cuando se ponía, a descansar. Seguían su parecer plácidamente y sin estorbos, consiguiendo en gran medida ser felices”. En la era sin estado, no había guerras ni desórdenes:
“Cuando no había caballeros ni mesnadas que reunir no cabía hacer guerra… Aún no se concebía abusar del poder para beneficiarse a costa de otros. No había desastres ni desmanes. No se usaban escudos ni lanzas, ni se construían murallas ni fosos… La gente comía y se divertía, no tenía preocupaciones y vivía contenta”.
Pero en este idílico cuadro de paz y contento, escribe Pao Chin-yen, apareció la violencia y el engaño instituidos por el estado. La historia del gobierno es la historia de la violencia, de la expoliación del débil por el fuerte, de malvados tiranos que se embarcan en orgías de violencia, y que, al tener el poder, pueden “dar rienda suelta a todos sus deseos”. Además, la institucionalización de la violencia por el gobierno condujo a que los minúsculos desórdenes de la vida diaria se intensificaran y expandieran enormemente, cobrando una dimensión mucho mayor. Como dice Pao:
“Las disputas entre gente corriente son asunto trivial, ya que ¿qué consecuencias pueden originar un enfrentamiento a ese nivel? Esa gente no tiene tierras inmensas que despierten la avaricia, ni autoridad para lograr sus propósitos. Su poder no les permite reunir masas en pos de ellos, ni imponer respeto a las reunidas por sus oponentes. ¿Cómo van a compararse con una manifestación de furia real, capaz de desplegar ejércitos y batallones, y de hacer que gente sin enemigos ataque estados que no les han hecho nada?”
A la habitual acusación de haber pasado por alto que existen gobernantes buenos y benévolos, Pao replica que el gobierno en sí mismo es una violenta explotación del débil por el fuerte. Es el sistema en sí mismo lo que constituye el problema, ya que el objetivo del gobierno no es favorecer a la gente, sino controlarla y saquearla. Ningún gobernante puede compararse en virtud al que simplemente no gobierna..
Pao Chin-yen también emprendió un estudio magistral de psicología política al señalar que la propia existencia de la violencia institucionalizada por el estado provoca imitación entre la gente. En un mundo feliz y sin estado, declara Pao, la gente tendería naturalmente al orden y no intentarían saquear a su vecino. Pero los gobernantes oprimen y esquilman al pueblo, y “hacen trabajar a la gente sin descanso, para también sin descanso quitarle todo”. De esta guisa, se incita al robo y bandidaje al pueblo descontento, y los bandidos, al robar armas y armaduras en un principio pensadas para pacificar, intensifican el saqueo. “Todo esto ocurre porque hay gobernantes”. La idea habitual de que se necesita un gobierno fuerte para combatir las revueltas populares, concluye Pao, comete el grave error de confundir la causa con el efecto.

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Biografia Thales de Mileto

Subido por el 17/06/2008. Un video hecho en el año escolar 2005-2006 para el congreso cientifico. 

Les Luthiers - El Teorema de Thales

Subido por el 11/02/2006
Nicolás y Matías, los autores de este vídeo, nos explican cómo surgió esta fantástica idea de mezclar una canción de Les Luthiers (obra Teorema de Thales) e imágenes varias, para explicar a través de un vídeo-montaje un teorema matemático.
El Teorema de Thales fue nuestra inspiración para realizar el final de la materia "Edición de video" de nuestra facultad. Quisimos explicar el teorema con imágenes de la vida cotidiana y realizar algo distinto y divertido. El video muestra imágenes de muchas partes de Buenos Aires y su relación con el teorema. ¡¡Esperamos que les guste!!.  http://liberitas.com/
     
 





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